jueves, 31 de julio de 2014

Renaciendo (I)



Está vez seguro que habíais dado mi blog por muerto. Pues no es así. Yo siempre digo, que siempre vuelvo, y aquí estoy. ¿Que dónde he estado? Pues en muchos lugares. Os cuento. 


Como escribí en mi última entrada, viví en Toulouse, ciudad en la que estuve unos siete meses, si mal no recuerdo, y en la que continué entrenando pese a que desgraciadamente no encontré ninguna carrera en la que participar. Posteriormente me mudé a Nantes, ciudad en la que residí durante un año y medio. Una vez allí seguí corriendo, aunque el trabajo no me permitía participar en carreras, puesto que estas son los domingos y yo tenía que trabajar. Esto unido al frío hizo que cada vez saliese a correr con menos frecuencia y recorriendo distancias más cortas. 

Mi motivación iba decayendo como mi estado de forma, de modo que opté por apuntarme al gimnasio para ver si así me animaba un poco más. En el gimnasio todo iba bien, pero hacía más pesas que cardio. Tras unos seis o siete meses, comencé a sentir ciertas molestias en la parte izquierda del pecho que no desaparecían. Dejé el gimnasio, fui al médico y tras realizarme un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo, no me detectaron ninguna anomalía. Según el cardiólogo, tal vez se tratase solo de una cuestión de estrés que se reflejaba en esa parte del cuerpo.  

Volví a correr por la calle, y me di cuenta de que mi resistencia se había reducido como consecuencia de haber estado dedicado a hacer pesas. Apenas podía correr más de media hora, sentía mi cuerpo pesado y no encontraba motivación para llegar a más. Así que me mantuve a ese nivel durante mucho tiempo. Correr ya solo era una forma de despejarme, estaba muy lejos del nivel necesario para hacer al menos 10 km. 

Pasado un tiempo, decidí volver a España. Allí, en mi pueblo, Archidona, salía por el campo para correr, pero seguía sin poder, me cansaba muy rápido y acababa caminando. Así pasaron unos tres meses. Solo caminando, aunque mucho, y comiendo muchísimo, sobre todo carne, y engordando. De modo que dejé de correr por completo, cogí mucho sobrepeso y hasta mi ácido úrico se puso por encima de lo normal. Dos años antes me estaba preparando para una maratón y ahora estaba gordo.  

Hace poco más de dos meses, me mudé a Rio de Janeiro. Seguía teniendo en mente que quería recuperar la forma y volver a participar en carreras, pero la verdad, no tenía fuerzas para el comienzo. No sabía qué hacer, no encontraba una razón. Me planteé empezar a ponerme en forma poco a poco en algún gimnasio, pero no acababa de decidirme, hasta que, de repente, encontré un objetivo. Y como por arte de magia, he recuperado la motivación de golpe, me vuelvo a sentir lleno de energía, vuelvo a sentir que seré capaz de recuperar el estado de forma que necesito para correr largas distancias y me vuelvo a encontrar con muchas ganas de enfrentarme a nuevos retos.