domingo, 13 de marzo de 2011

7, 14, 21

  
Finalmente fueron 21. Acabo de llegar de mi primera media maratón, la XXXI Media Maratón de la Ciudad Universitaria, una de las pruebas más antiguas que se celebran en Madrid. Tiene la peculiaridad de constar de 3 vueltas a un circuito, de 7 kilómetros cada una, de ahí su nombre popular  “ la 7, 14, 21” ya que ofrece la posibilidad de dar las vueltas que uno quiera. En mi caso, el objetivo era realizarla al completo.   

La carrera era distinta a todas las que he corrido hasta ahora, no se desarrollaba por dentro de la ciudad, lo cual he echado de menos. No se veía a tanta gente animando y el paisaje se repetía una y otra vez,  pero al mismo tiempo daba la sensación psicológica de que cuando había hecho dos vueltas el hacer una más parecía algo fácil, mientras que si me hubiesen dicho que quedaban 7 kilómetros, tal vez, me habría parecido más complicado. 

En principio, gracias al incremento tanto en intensidad como en duración de los entrenamientos, comencé la carrera con la plena seguridad de que la iba a acabar. La primera vuelta conseguí hacerla en unos 38 minutos, me daba la impresión de ir un poco más rápido de lo que debiera. La segunda  vuelta fue más de lo mismo y al comenzar la tercera me encontraba bien, pero posteriormente comencé a sentir mucho cansancio,  las piernas cada vez me dolían más y a falta de 5 kilómetros tuve por primera vez la sensación de que posiblemente dejarían de responderme y no acabaría la carrera. En ese estado aguanté lo que pude, me fui sintiendo un poco mejor  y a falta de 2 kilómetros conseguí  dar un pequeño sprint que me ayudó a coger la confianza de que llegaría a la meta y además haría un buen tiempo. Y así fue,  llegué en 1:51, tiempo más que aceptable para mis expectativas. Ahora me encuentro en casa redactando esta entrada con el mayor dolor de piernas que recuerdo pero sabiendo que he superado un nuevo objetivo.